y no solamente por sus capacidades patogénicas, sino también como sustrato y
modelo de investigaciones metabólicas, genéticas, poblacionales y de diversa
índole (Neidhardt, 1999). Forma parte de la familia Enterobacteriaceae (Ewing,
1985). Ella está integrada por bacilos Gram negativos no esporulados, móviles con
flagelos peritricos o inmóviles, aerobios-anaerobios facultativos, capaces de crecer
en agar MacConkey y en medios simples con o sin agregado de NaCl,
fermentadores y oxidativos en medios con glucosa u otros carbohidratos, catalasa
positivos, oxidasa negativos, reductores de nitratos a nitritos, y poseedores de una
proporción G+C de 39 a 59% en su DNA. Se trata de bacterias de rápido
crecimiento y amplia distribución en el suelo, el agua, vegetales y gran variedad de
animales. En conjunto, la importancia de las enterobacterias en patología humana
puede cuantificarse constatando que constituyen el 50% aproximadamente de
todos los aislamientos clínicamente significativos en los laboratorios
microbiológicos, y hasta el 80% de todos los bacilos Gram negativos identificados.
Integran también esta familia otros géneros que se consideran en otros capítulos
por su asociación con infecciones intestinales, como son Salmonella, Shigella y
Yersinia.
E. coli es la especie tipo del género Escherichia. Incluye gérmenes
generalmente móviles, que producen ácido y gas a partir de la glucosa, la
arabinosa, y habitualmente de la lactosa y otros azúcares. Producen reacción
positiva de rojo de metilo, y negativa de Vogues-Proskauer. Son inhibidos por KCN
e incapaces de crecer en medio con citrato como única fuente de carbono y
energía, pero sí en caldo acetato. Son H2S, ureasa y fenilalanina negativos, pero
en general son indol positivos y decarboxilan la lisina (Tabla 1). Se clasifican en
más de 170 serogrupos O según las características antigénicas de su LPS, y en
serotipos por la combinación de antígenos O y H flagelares. Otros antígenos
presentes en distintas cepas (capsulares, fimbriales y otros) han sido empleados
para su clasificación o identificación.
E. coli coloniza el tracto gastrointestinal a las pocas horas de vida del niño,
y establece con el huésped una relación estable de mutuo beneficio (Drasar y Hill,
1974). Como integrante de la flora normal del hombre y de muchos animales, se lo
considera un germen indicador de contaminación fecal cuando está presente en el
ambiente, agua y alimentos, junto con otros similares agrupados bajo la
denominación de "bacterias coliformes". Estas son enterobacterias que
pertenecen al género Escherichia y a otros relacionados como Klebsiella,
Enterobacter, Citrobacter o Serratia, y que tienen en común la capacidad de
fermentar la lactosa en un lapso no mayor de 48 horas, con producción de ácido y
gas.
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