Ejemplos de antibióticos muy conocidos son: penicilina, tetraciclina, estreptomicina,
cloranfenicol y las sulfas o sulfonamidas.
Los diferentes antibióticos funcionan de distintos modos contra infecciones
específicas. Uno corre diferentes peligros al usar cualquier antibiótico, pero
algunos antibióticos son más peligrosos que otros. Hay que tener gran cuidado
al escoger y usar estas medicinas.
GUÍA PARA EL USO DE TODOS LOS ANTIBIÓTICOS
1. Si no sabe exactamente cómo usar un antibiótico y para qué infecciones sirve,
no lo use.
2. Sólo use el antibiótico indicado para la infección que tenga.
3. Entérese de los riesgos de usar el antibiótico y tome todas las precauciones
debidas.
4. Sólo use el antibiótico en la dosis (cantidad) recomendada—ni más, ni menos. La
dosis depende de la enfermedad y de la edad o el peso del enfermo.
5. Nunca use inyecciones de antibióticos si la misma medicina tomada sirve igual.
Sólo inyecte cuando sea absolutamente necesario.
6. Siga usando el antibiótico hasta que la enfermedad se termine por completo, o
por lo menos durante 2 días después de que se quiten la calentura y otras señas
de infección. (Para algunas enfermedades, como la tuberculosis y el lazarín,
es preciso continuar el tratamiento durante meses o años después de que la
persona se sienta aliviada. Siga las instrucciones para cada enfermedad).
7. Si el antibiótico causa ronchas, comezón, dificultad para respirar o cualquier
reacción grave, deje de usarlo y nunca lo vuelva a usar (vea pág. 70).
8. Sólo use antibióticos cuando sea de veras necesario. Si se usan demasiado,
empiezan a perder su efecto curativo.
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